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La mejor manera de mantener el queso fresco es comprarlo cortado a la medida en lugar de precortado, envuelto y listo para usar. El queso recién cortado sabe mejor y dura más tiempo, y puede volver a envolverlo en el papel en el que se vende. Pero si usted está comprando queso para el futuro en lugar de para uso inmediato o si tiene sobras, necesita saber cómo almacenarlo de manera que conserve su frescura y sabor.

Lo principal que hay que recordar es que los quesos deben estar debidamente envasados para su almacenamiento. Se puede comprar el queso especial que usan los queseros de papel (Formaticum es la marca más popular), que tiene dos capas: Uno es un celofán permeable que permite que el queso respire, y el otro es similar al papel de carnicero y retiene la humedad.

Usted puede comprar papel de queso en muchas tiendas de queso o tiendas especializadas de alimentos o en línea. O puede crear su propia versión de esta práctica envoltura: Primero envuelva el queso en cera o papel de pergamino y luego cúbralo con una capa de plástico.

Aquí hay algunos consejos sobre cómo conservar los diferentes estilos de queso:

  • Quesos frescos: Manténgalos sellados en su envase original (que puede o no contener salmuera) o envueltos herméticamente en una envoltura de plástico.
  • Quesos semiblandos, madurados en superficie, semiduros y de corteza lavada: Envuelva estos quesos sueltos en papel de pergamino, colóquelos en un recipiente de plástico con una tapa bien ajustada y guárdelos en el cajón para verduras crujientes de su refrigerador. Debido a que el queso continúa madurando a medida que envejece, ventile el queso todos los días más o menos desenvolviéndolo y dejándolo reposar a temperatura ambiente durante aproximadamente media hora.
  • Quesos azules: Envuelva el queso azul en papel encerado o de carnicería y guárdelo en un recipiente de plástico con una tapa bien ajustada. Colóquelo en el cajón para verduras de su refrigerador y deje que se ventile cada dos días más o menos, como se describió anteriormente.

Dejar que cualquier queso alcance la temperatura ambiente y luego volver a refrigerar lo que no se come aumenta el proceso de envejecimiento, acelerando su desaparición. La mejor manera de mantener el queso fresco es cortar un trozo (o tres) y disfrutarlo todos los días!